Menos mal que estamos en invierno, lejos de la operación bikini, que si no, este año tocaba ir a la montaña. Y es que cada vez más, paseando tranquilamente por las concurridas calles del centro, o incluso en lugares más apartados y tranquilos, veo nuevos escaparates repletos de esas delicias que se han puesto tan de moda. Leo y escucho a diario que la crisis nos está azotando fuerte, que los negocios van mermando y cada vez son más las tiendas que tienen que cerrar sus puertas... pero las pastelerías o tiendas especializadas en cupcakes, deben de ser un caso aparte, o yo no lo acabo de entender.
No sé si será cosa del gran efecto visual que producen, y es que dicen que a menudo, comemos por los ojos. No sé si será cosas de la publicidad y de la moda, algo he oído que se te mete dentro y ni te enteras. No sé si será que cada vez tenemos más preocupaciones, y estos pequeños pastelillos nos ofrecen un paréntesis a la vida diaria, un pequeño respiro de placer, una pequeña entrada a ese mundo de fantasía protagonizado por los Hermanos Grimm.
Sea lo que sea, pocas veces me puedo resistir. Menos mal que la cocina y yo, no nos llevamos muy bien, aún recuerdo el primer pastel de cumpleaños de mi hijo, suerte que él era aún un bebé... Si no fuera así, ni operación bikini ni nada.
Pero qué decir, si tal efecto nos producen estos dulces, este toque melancólico rico en carbohidratos (léase calorías) en nosotros... pero la condición humana aún puede llegar un poco más allá. Y es que este es un blog de decoración, y por eso, hablemos de decoración, que no nos entre más el hambre... ¿o sí?
Poco a poco, con la creciente difusión del mensaje que deben contener los cupcakes (y no me refiero a una buena dosis de chocolate!), han ido apareciendo en el mercado multitud de artículos decorativos que no nos los van a hacer olvidar tan fácilmente. Para los más forofos, o para los más comilones, para aquellos que nos gusta estar en una dulce nube de tonos pastel... Está en nuestra mano la decoración con una pizca de algo más que de azúcar.
Pocos posts he encontrado sobre el tema, será porque prima la decoración de cupcakes, más que la decoración con cupcakes. Por eso, quizá al menos ávido le ha pasado desapercibido, pero sólo nos falta abrir un poco los ojos (esta vez, ¡no abramos la boca!), para encontrar verdaderas delicias.
Por ejemplo, para presentar tus dulces, una bonita bandeja, con la que abrir el apetito...
Además de botes y cajas de lata, así no olvidaremos nunca dónde los tenemos guardados...
O soñar con cupcakes a todas horas gracias a mil y un elemento decoractivo lleno de esas deliciosas magdalenas. ¿Podríais resistir la tentación de vivir en una casa totalmente decorada con cupcakes?
Escrito por Birdikus de
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